lunes, 5 de diciembre de 2011

Parra y el Premio Cervantes




Nicanor Parra ha ganado el Premio Cervantes 2011, pero el propio Nicanor no lo cree al principio.
Eso es lo que por lo menos dicen las publicaciones. Es incrédulo con el tema, ya no cree en los premios. Desde el año 1970 es postulado al Nobel, pero para él ya no es tema.
Este jueves 1 de diciembre ha ganado el premio mas importante de las letras hispánicas, precisamente, con su obra cumbre "Poemas y antipoemas" de 1954. En esta obra, la poesía se sacude el polvo depositado durante años por la academia literaria de entonces; en un principio sus antipoemas no fueron bien recibidos por la critica, por su "falta de profundidad", por su lenguaje coloquial, su falta de respeto por la poesía que en ese entonces se estilaba.
El poema fue creado de nuevo por él, rompió con los moldes establecidos, con las recetas hechas de la poesía;  incluyo de manera definitiva en su obra el lenguaje común, el juego de palabras, los dichos populares. Algo inédito en su época, la ironía de Parra esconde una verdad, una ruptura irremediable frente a la institucionalidad literaria, el libro ya no concebido como un objeto lineal y cerrado, solo para eruditos.
Se burla sin burlarse de lo que está a nuestros ojos, del romance manoseado, de la academia aburrida, de lo establecido, del Olimpo de los Dioses y de la grandilocuencia, para darle paso lenguaje popular y coloquial, y por medio de él valerse como recurso literario para crear (y destruir) la nueva poesía, la anti-poesía.





Artefacto






El hombre imaginario




El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario

De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios

Todas las tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios.

Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario.

Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.


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